La relación entre dieta, metabolismo y eficacia de las vacunas

Abr, 2024

La gripe y otras enfermedades víricas siguen planteando graves riesgos para la salud en todo el mundo. La vacunación es uno de los pilares de las estrategias de prevención, pero su eficacia puede variar considerablemente de una persona a otra. Un nuevo estudio con ratones pone de manifiesto un factor ignorado que puede explicar esta variabilidad: la dieta y el estado metabólico de la persona en el momento de la vacunación. Los resultados sugieren que sutiles cambios dietéticos o metabólicos podrían aumentar significativamente la protección de la vacuna, sobre todo en las personas de mayor riesgo.

Jude Children's Research Hospital estudiaron las repercusiones de la obesidad en la vacunación contra la gripe utilizando ratones alimentados con una dieta saludable estándar o con una dieta obesogénica rica en grasas. Como era de esperar, los ratones que se volvieron obesos con la dieta alta en grasas tuvieron peores resultados cuando se infectaron con la gripe, incluso si estaban vacunados. Sin embargo, el hallazgo clave fue que la pérdida de peso por sí sola tras la vacunación apenas mejoró la protección.

Sólo los ratones que adelgazaron antes de la vacunación recuperaron plenamente la eficacia de la vacuna. La razón radica en los cambios sutiles pero importantes que se producen en el sistema inmunitario con la obesidad y la dieta. Una dieta rica en grasas conduce a un estado de inflamación crónica de bajo grado que dificulta la generación de células de memoria inmunitaria de larga duración, necesarias para una respuesta de recuerdo protectora en caso de infección.

Aunque la pérdida de peso revierte muchos cambios patológicos asociados a la obesidad, los autores descubrieron que no deshace por completo el desarrollo de células T de memoria alterado por la dieta previa. En cambio, sólo cuatro semanas de dieta sana antes de la vacunación bastaron para revertir la disfunción inmunitaria y las alteraciones metabólicas, lo que permitió generar una respuesta de memoria robusta que ahora protege frente a la enfermedad.

Esta dependencia del estado metabólico previo a la vacunación proporciona un contexto sorprendente para los estudios en humanos en los que se ha observado una reducción de la respuesta a la vacuna en caso de obesidad. También sugiere que los efectos protectores pueden variar con sutiles fluctuaciones en la dieta o el estilo de vida antes de la vacunación. Pequeñas mejoras metabólicas podrían marcar una diferencia poco reconocida en las tasas de éxito de la vacuna.

En términos más generales, el trabajo arroja luz sobre interacciones inmunometabólicas de enorme influencia para la inmunidad. La sobrealimentación crónica induce cambios que van mucho más allá del tejido adiposo extra. La inflamación generalizada de bajo grado afecta a los sistemas reguladores metabólicos que coordinan la función inmunitaria. En este estado disfuncional, la formación de la memoria inmunitaria se tambalea.

Sorprendentemente, la rehabilitación nutricional por sí sola revirtió gran parte de este desorden sistémico. A medida que se recuperaba la salud metabólica, la competencia inmunitaria hacía lo propio apenas cuatro semanas después. La resistencia de las vías inmunometabólicas a las modificaciones permite albergar esperanzas de que intervenciones sutiles puedan mejorar la vacunación para muchas personas. Sin embargo, la modulación del estilo de vida probablemente requiera un esfuerzo sostenido, no soluciones rápidas, para reparar las vías arraigadas por la sobrealimentación crónica.

Los resultados también plantean consideraciones importantes para los calendarios de vacunación. Las directrices actuales se centran únicamente en el estado ponderal y el calendario en relación con las temporadas de enfermedad. Sin embargo, si se tuvieran en cuenta los cambios recientes en la dieta o el estilo de vida, se podrían optimizar los calendarios personalizados en función de la competencia inmunitaria individual. La evaluación nutricional previa a la vacunación podría identificar vulnerabilidades metabólicas que afecten a la respuesta. Para los grupos de riesgo, como los obesos, moderar temporalmente la calidad de la dieta el mes anterior podría aumentar significativamente la protección.

Por supuesto, todavía hay que seguir trabajando. El sistema inmunitario humano es infinitamente más complejo que el de los ratones. Se necesitan exámenes más detallados de la dinámica metabólica e inmunitaria para definir intervenciones prevacunación óptimas y trasladables a las personas. Los obstáculos sociales y económicos también complican las modificaciones dietéticas para muchos. Sin embargo, si se sigue investigando, es posible que algún día los sutiles ajustes del estilo de vida se unan a las vacunas y las dietas sanas como herramientas de defensa contra las amenazas víricas. Al apreciar las influencias nutricionales en la inmunidad, damos un paso importante hacia una prevención optimizada y personalizada.

En resumen, este trabajo pone de relieve que el metabolismo es un íntimo aliado de la inmunidad que con demasiada frecuencia se pasa por alto en el ámbito de la salud. Las mejoras sutiles del bienestar metabólico, incluso temporalmente antes de la vacunación, parecen estar preparadas para reforzar una de nuestras defensas de primera línea contra las enfermedades infecciosas. Una prevención innovadora basada en los conocimientos inmunometabólicos podría ayudar a salvaguardar la salud de la población frente a muchas amenazas víricas futuras.

Referencia(s)

  1. https://doi.org/10.1038/s41564-024-01677-y

 

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Sobre el autor

  • Dilruwan Herath

    Dilruwan Herath es un médico británico especializado en enfermedades infecciosas y ejecutivo médico farmacéutico con más de 25 años de experiencia. Como médico, se especializó en enfermedades infecciosas e inmunología, desarrollando una decidida orientación hacia el impacto en la salud pública. A lo largo de su carrera, el Dr. Herath ha desempeñado varias funciones de liderazgo médico de alto nivel en grandes empresas farmacéuticas mundiales, liderando cambios clínicos transformadores y garantizando el acceso a medicamentos innovadores. En la actualidad, es miembro experto de la Facultad de Medicina Farmacéutica en su Comité de Enfermedades Infecciosas y sigue asesorando a empresas de ciencias de la vida. Cuando no ejerce la medicina, al Dr. Herath le gusta pintar paisajes, los deportes de motor, la programación informática y pasar tiempo con su joven familia. Mantiene un ávido interés por la ciencia y la tecnología. Es EIC y fundador de DarkDrug.

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